Hoy en la visita a la Mezquita de Córdoba, me ha surgido la duda de cuando se habían dado cuenta que no estaba bien orientada, y por qué no se había rectificado y cambiado de lugar la qibla.
Esta es la razón que he encontrado:
la qibla errónea de la mezquita cordobesa es algo que se conocía desde muy antiguo. Una fatua o dictamen jurídico afirmaba que Alhaquem II, con el acuerdo de los cosmógrafos, quiso desplazar la qibla de la Gran Mezquita de Córdoba que estaba demasiado al oeste, pero renunció a la empresa porque el pueblo fue alborotado por la idea de romper con la práctica ancestral. Los arquitectos eran partidarios de mantener la orientación antigua, los astrónomos abogaban por rectificarla. El alfaquí Abú Ibrahim resolvió la disputa: "El que sigue la tradición, acierta; fracasa el que se entrega a las novedades".
Os dejo también el enlace la página de donde he sacado la información por si queréis seguir leyendo.
http://www.webislam.com/?idt=15206
Un saludo.
Eva Lozano Castellanos.
Muchas gracias por el enlace. No sabía que el error relativo a la orientación fuera conocido desde tiempo tan antiguo. Tampoco que, en tiempos de Al-hakam II, se hubiera planteado la reorientación del muro de la qiblah.
ResponderEliminarHay, en el texto, un párrafo de James Dickie que explica muy acertadamente el sentido funcional y la importancia concedida al conjunto constituido por el muro de la qiblah y el mihrab: "no es el nicho lo que es sagrado, sino la dirección que indica. Y precisamente por esta razón se otorga al mihrab un respeto extraordinario". La palabra árabe "qiblah" significa, de hecho, "dirección" u "orientación".
la idea de función es, en arquitectura e ingeniería, bastante más compleja que la que habitualmente manejamos.
Saludos,
Javier
El texto de dickie está en:
DICKIE, James (1985)“Dios y la eternidad: mezquitas, madrasas y tumbas”, en MICHELL, George, dir. La arquitectura del mundo islámico, Alianza, Madrid, pp. 15-47.
Sobre el por qué de la orientación se ha propuesto muchas teorías, una de las más barajadas y, por decirlo de algún modo, menos supersticiosa y ligada más a problemas urbanísticos, era que al hallarse tan cerca del río, el espacio que éste ocuparía estaría peligrosamente cerca de la ribera cuando se decidió la ampliación y, por eso, permaneció donde está.
ResponderEliminarTambién se suele contar por Córdoba, más como leyenda o "batallita" que como teoría, que Abderramán I sentía nostalgia por su tierra y la orientó hacia Damasco.
José Luis Sánchez Avilés